¿Qué es?
La definición de esta alteración (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) se basa en una serie de síntomas que presentan los niños, tales como la falta de capacidad para mantener la atención, inquietud motora, inestabilidad emocional, problemas de memoria y conductas impulsivas.
Los síntomas eran considerados relevantes a partir de una cierta edad, que solía estar entre 6 y 14 años, aunque en la última edición de la Clasificación Internacional de enfermedades (ICD-11) la OMS provee una descripción del trastorno sin hacer mención a ningún rango de edad, dando lugar a expandir la base de diagnóstico entre mayores segmentos de población.
¿Cuando ocurre?
Este comportamiento se suele detectar cuando los niños comienzan la escuela, ya que las actividades escolares exigen concentración, autocontrol y paciencia, tres cualidades que se van adquiriendo con la edad (y no en todos los casos).
Por regla general y natural, la mayoría de niños presentan en mayor o menor medida cierto grado de hiperactividad desde que nacen.
El exceso de energía, movilidad y falta de concentración son características intrínsecas al ser humano, sobre todo cuando estamos en edad de crecimiento.
Controversia
El problema surge ( o al menos así lo consideran los psicólogos clínicos, neuro-pediatras y psiquiatras), cuando el niño va creciendo y no puede autocontrolarse para estar durante unas horas inmóvil y prestando atención a su interlocutor.
Según estos expertos, si el TDAH no se trata, y aunque va mejorando con el tiempo puede arrastrarse hasta la edad adulta y entonces se confunde sistemáticamente con depresión o con trastorno bipolar.
La polémica reside en el juicio de diagnóstico aplicable, dependiendo de aquel que diagnostica, y el impacto negativo que puede tener en el desarrollo saludable de un infante al someterlo a cierta medicación farmacológica con fines paliativos que solo enmascaran los efectos pero no tratan las causas.
Se debe puntualizar que la comunidad científica no ha determinado la causa y a reconocido abiertamente que respecto a la hiperactividad infantil o TDAH no está claro de dónde proviene porque no hay ninguna combinación de genes que lo provoque.
Como bien se reconoce desde el instituto de investigación del TDAH : “Aunque hay tratamientos efectivos para el TDAH, El Progreso de búsqueda científica sobre la naturaleza y causas de dicho trastorno plantea grandes retos al actual modelo de diagnóstico aceptado, poniendo en evidencia la necesidad de mejoras en el proceso clínico”
El mismo descubridor del TDAH, el Doctor en psiquiatría León Eisenberg, aseguró antes de fallecer que era «una enfermedad ficticia».
¿Como tratar el TDAH de forma natural?
Bajo la perspectiva de la medicina Holística, el enfoque es similar a cualquier otro trastorno o dolencia: buscar la raíz del problema examinando todos los aspectos del niño.
Al enfocar este tema de forma holística tenemos que trabajar desde la premisa de que los niños siempre reflejan el estado emocional de la madre, no un conflicto exclusivamente de ella, sino cual es el ambiente familiar que está afectando a la madre y por ende, al niño.
El sentido de la hiperactividad tiene que ver con moverse para ser visto. Por lo que hay que examinar:
- ¿Qué situación familiar existe para que el niño esté interpretando que tiene que hacer esto?
- ¿Has observado la calidad y horas de sueño? Hay una inter-relación importante entre deficit de sueño y sus efectos y la errónea asunción de TDAH
- Examinar la situación o situaciones que vivió la madre cuando estaba embarazada de el niño ( si tuvo uno o varios conflictos o situaciones estresantes).
- Profundizar en el árbol genealógico, porque los programas de conducta que heredamos de nuestros ancestros tiene mucho que ver con nuestro comportamiento y en el caso que nos ocupa, quizá podría haber algo o alguien de nuestro árbol a quién se excluyó o ignoró y necesita ser visto a través de un descendiente.
Está demostrado epigenéticamente que además de todo lo que podemos heredar físicamente, también se heredan las emociones y los comportamientos derivados de éstas.
Con el método AMVAL (así como con otros métodos holísticos) se trabaja para identificar la causa raíz del problema a tratar, para después utilizar técnicas inocuas con las que poder modificar, corregir o eliminar el problema para solucionarlo de forma biológica y natural.
Interesante aportación Pilar. Lo mejor es que hayan soluciones naturales ante estas situaciones en nuestros niñ@s.
Tengo tantas experiencias vividas con tus terapias que han funcionado y que gracias a ellas hoy miro con más optimismo lo que nos pasa y sabemos que tod@s podemos llegar a estar disfrutando de un estilo de vida más saludable.