Normalmente solemos decir que las relaciones son difíciles, sin caer en la cuenta de que son ni más ni menos que lo que hemos hecho de ellas, y que la realidad es que las personas somos seres complejos.
Nuestras mentes y sobre todo nuestros Egos son difíciles, e incluso a veces indolentes e intratables, lo cual complica considerablemente las cosas si consideramos que la mayoría de relaciones se establecen entre ego y ego.
Contemplamos solo el físico y a veces la personalidad, pero no profundizamos en el Ser humano que hay detrás de eso y esto nos lleva a ir elaborando una larga lista de defectos, tanto ajenos como propios.
Expectativas = Decepción
La tendencia es buscar a personas que cumplan nuestras expectativas y casi siempre con la exigencia, (consciente o inconsciente) de que nos hagan felices, y esa es precisamente la raíz del problema.
Renunciar a ser feliz por tí mismo prefiriendo poner en manos de otra persona tu futura felicidad, con la condición además, de que si la cumple vas a quererle pero si no es así, le odiarás por no hacerlo.
No es de extrañar por tanto, que las relaciones sean en muchos casos una experiencia de sufrimiento en la que la decepción y la desilusión sean un resultado frecuente.
El romanticismo y el enamoramiento no tienen nada que ver con el amor incondicional, su confusión es una de las causas por las que sufrimos.
Estos estados emocionales se dan por necesidad, porque vemos en la otra persona un cómplice de nuestros sueños de amor, que vienen dados por nuestras carencias, debilidades y traumas, y que son cualquier locura menos amor incondicional.
No amas de verdad cuando el amor está basado en lo que la otra persona puede darte.
Le versión romántica del amor lleva implícito el ganar-perder. Una persona conquista el corazón de otra como si de un trofeo se tratase, y de todos es bien sabido que cuando alguien gana algo hay otro que pierde algo. Así que este supuesto amor no es amor verdadero.
Nuestras Proyecciones
Las relaciones se deterioran no porque falla el amor, sino nuestros planes irreales sobre lo que queríamos que fuese. Generalmente proyectamos en los demás todo nuestro dolor no resuelto con la esperanza de librarnos de él.
Toda relación es un espejo donde nos vemos reflejados.
Cuando ya no nos gusta lo que vemos queremos cambiar de espejo, es decir de pareja, sin comprender que una y otra vez sucederá lo mismo si no se transforma quien está delante del espejo.
¿Porqué cuesta tanto ver en nosotros lo que nos está reflejando la otra persona? Aquí es donde interviene nuestro Ego, que miente con mucha facilidad y con mucha credibilidad para que sintamos en cada situación que el culpable siempre es el otro.
Buscar culpables es sencillo pero asumir responsabilidades es complicado.
Relaciones Conscientes
Las relaciones conscientes y sanas se establecen entre personas completas, es decir que no se sienten necesitadas ni con carencias.
Los corazones conscientes atraen corazones conscientes, porque en última instancia todo se basa en la ley de la atracción.
Lo completo atrae lo completo y lo incompleto atrae lo incompleto.
Cuando dos seres conscientes, no necesitados se reúnen establecen una relación de Amor y no de temor. Y llegados a este punto muchos de vosotros y vosotras estaréis preguntándoos ¿ Como encontrar a un ser completo en sí mismo?, la respuesta creo que es obvia: “siéndolo”.
Como bien dice una popular frase “Se tú el cambio que quieres ver en el mundo”
De poco sirve buscar a la persona adecuada con tal o cual cualidad, entre otras cosas porque no se puede buscar lo que solo se puede atraer, en su lugar se tu esa persona adecuada generando en ti todo lo que deseas.
Hay gente que no entiende porque atrae a su vida un mismo estereotipo de persona. Esto está relacionado con emitir o transmitir sus propias creencias y con la acción consciente o inconsciente de volcar todo el dolor de su pasado en el otro.
La Relación Sanada
Es aquella que antes estuvo enferma pero que con la autocorrección y el florecimiento del amor incondicional, se convierte en una bendición.
No es el resultado de la suerte o del destino, sino de la transformación personal. No hay nada que buscar en el exterior, hay que corregir el interior.
Ser amado es la segunda mejor cosa del mundo, amar a alguien es la primera.
Sanar una relación es un auténtico acto de valentía. Significa tener fe en el otro y depositar fe en el nuevo propósito de vivir una relación consciente.
Habrá quien se pregunte ¿Cómo voy a poder amar a alguien por quién no siento amor?. Lo primero no caigas en la tentación de culpar al otro de la situación caótica, y lo segundo cambia tu comportamiento amándole.
Al igual que tantas otras cosas de la vida, cuanto más amas más amor genuino e incondicional generas.
Esperar a que el amor se presente sin practicar el “amar” es una ilusión que solo tiene que ver con el ego.
CONCLUSIÓN
Volcar el propio dolor en el otro es un acto egoísta, egoico y totalmente contrario al amor incondicional, por lo tanto dejemos de lado al Ego y sanemos todas las heridas de nuestro pasado para poder cultivar amor incondicional.
La clave no está en “querer” sino en “amar”.
Gracia Vila muy chulo
Muy interesante 😃😊