Por regla general, podemos establecer que todos hemos tenido o tenemos miedo a algo, a alguien o a diferentes cosas a la vez, y a veces en algunas ocasiones es bueno sentirlo porque nos ayuda a evitar contratiempos o accidentes, pero esto siempre va a depender de la intensidad con que se sienta.
Si sentimos miedo con intensidad alta o muy alta, estaríamos hablando de un ataque de pánico, en cuyo caso es muy perjudicial para la persona que lo sufre, tanto a nivel físico como psíquico.